Tendencias

La mujer que cambió la moda

«The dreamers», por Xavier Olivé


Diana Vreeland Imagen


Tal vez una nariz demasiado aguileña, tal vez unos dientes demasiado grandes. Apenas era una niña cuando empezó a desarrollar un complejo por su peculiar rostro. Pero es que Diana Vreeland (París, 1903 – NY, 1989) no estaba destinada a ser como las demás niñas.

Interesada en el mundo del arte y la cultura desde pequeña, la joven Diana derrochaba carisma por doquier: «La única elegancia real está en la mente; si la tienes, el resto simplemente vendrá solo». Así fue como entró en el mundo de la edición de moda. Fue en Harper’s Bazaar, en Nueva York, donde reinventó la profesión por completo, insuflando creatividad a todos sus trabajos. Tenía Vreeland dos atributos diferenciales: el primero, un ojo especialmente dotado para encontrar el talento, y segundo, una exigencia incansable. Esa era la fórmula. Trabajando codo a codo con fotógrafos sobresalientes, consiguió que a la postre sus portadas fueran reconocidas como las mejores del mundo.

Marcada por un estilo original y divertido («El bikini es el invento más importante desde la bomba atómica»), su ascenso era imparable, y pronto no hubo un solo evento en la ciudad al que no fuera invitada. En 1962, después de tres décadas en la profesión, Vreeland fue nombrada redactora jefe de la revista Vogue.

No fueron pocos los que la tildaron de genio a lo largo de su carrera. Entre sus grandes logros se cuenta haber descubierto a grandes nombres como Manolo Blahnik, Lauren Bacall o Karl Lagerfeld. Pero, sin duda, la mayor contribución de Diana Vreeland fue transformar una disciplina que algunos consideraban pura frivolidad en un pilar más de la cultura. Al fin lo había conseguido: aquella niña de nariz aguileña y dientes grandes se había convertido, a golpe de talento, en la mujer que cambió el mundo de la moda.

En Xavier Olivé queremos volver la mirada hacia aquellas figuras inspiradoras que, por su originalidad y su visión, lograron cambiar el mundo que los rodeaba. Nosotros, al igual que ellos, nos dedicamos a transformar entornos y actitudes con la creatividad como esencia. Ayudamos a las compañías a llegar más lejos. Porque la creatividad no es solo nuestro trabajo: es nuestro estilo de vida.

Compartir