Tendencias

El poder de cambiar el mundo

mona lisa chicle


Ésta es la historia de cómo un grupo de individuos con visión, talento y liderazgo lograron cambiar el mundo. Y cómo hoy, más de 500 años después, podemos aprender de ellos.

Florencia, 1469. La familia Médici, de orígenes humildes, ha prosperado hasta fundar y dirigir el Banco Médici, la institución financiera más respetada de Europa. Pero, a diferencia de otros grandes empresarios de la época –y de la nuestra–, los Médici no solo tenían interés en hacer dinero, sino que tenían grandes ambiciones acerca de cómo gastarlo. Se impusieron la misión de promover la belleza, la verdad y el saber en el mundo. Ésa era su visión del éxito: contribuir a hacer un mundo mejor. A través del patronazgo de filósofos y artistas como Leonardo, Botticelli o Miguel Ángel, se estima que invirtieron el equivalente actual a 500 millones de euros en el curso de cinco décadas. Los resultados hablan solos: su legado artístico y arquitectónico todavía perdura hasta nuestros días.

La historia de los Médici, lejos de asombrarnos, debería servirnos de inspiración. La pregunta es obligada: ¿quién tiene ese poder hoy en día? ¿Quién tiene la capacidad de cambiar el mundo tal y como lo hicieron los Médici hace siglos? La respuesta está en las marcas: las marcas tienen el poder de cambiar el mundo.

La economía del enriquecimiento personal debe abrir paso a un nuevo modelo empresarial. ¿Dé que sirven las grandes fortunas en un mundo que agoniza? ¿A quién le interesa un capital que solo produce desigualdad? ¿Quién quiere vender algo que nadie necesita? Los renacentistas creían en la idea de la riqueza pública. Mediante la promoción de la cultura y la filosofía, la dotación de becas, el diseño de los espacios urbanos, etc. creían en la posibilidad de enriquecer no solo a unos pocos, sino a la sociedad entera. El talento está latente en todas las edades de la historia. Lo que distingue al éxito es la capacidad de sacarlo a relucir y darle un propósito. Hoy volvemos a tener esta oportunidad frente a nosotros. Hoy se hace más necesaria que nunca impulsar una nueva era para la filantropía, a pequeña y gran escala, que ayude a hacer del mundo un lugar mejor.

 

Compartir